“A veces digo que tengo, al menos, dos amores: las personas y las palabras. Pero el primero es mayor que el segundo y trabajar con las personas, en grupos aquí y allá, aún me mueve con más fuerza que sentarme a escribir. Así que he escrito cuando he encontrado el tiempo, el deseo y las palabras adecuadas. Para hacerlo he tenido que embridar la mente y organizarla, pero también y sobre todo permanecer en contacto con mi centro y abrirme a mis profundidades, en las que, por momentos, parecía que uno callara para que alguien, misterioso, hablara”.
Joan Garriga